viernes, 26 de noviembre de 2010

Llanto a la vida.

Nos golpeamos a reproches. Estamos muertos de sed y sin embargo no paramos de llorar. Nos tiramos las piedras al tejado donde hacíamos el amor e insultamos a los que no han dejado de hacerlo. Nos tenemos demasiada envidia. Envidiamos todo lo que fuímos. En invierno los días de manta y manos en la espalda, en verano los días de bocas desconocidas. Nos tenemos envidia y nos puteamos. Miramos fotos y recuerdos, abrimos la cara de pandora, aparecen días negros y los enmarcamos sobre el cabecero de la cama. Buscamos almas suicidas, que entiendan de qué nos estamos muriendo. Buscamos idiotas vacíos que nos escuchen pero que no nos entiendan. Buscamos para no encontrar y encontramos para dejar de buscarnos. Amamos todo lo que no seremos y acabamos siendo lo que nunca fuimos. Unos auténticos idiotas. Nos vendemos en tiendas de antigüedades bajo la bandera del "somos diferentes", nos creemos tan especiales, que rechazamos lo auténticamente distinto. Vomitamos ignorancia mientras hablamos de lo que no sabemos. Bebemos más copas de las que lavan en los bares y fumamos sólo por sostener algo entre los dedos. Nos morimos de frío pero no exigimos calor, nos morimos de ganas pero aseguramos no tenerlas.
Inventamos excusas, destrozamos recuerdos y nos arañamos el pasado. Y es que al final todo se reduce a la estúpida y simple tontería de
seguir sintiéndonos vivos..

Supernova.

Y llega ese momento en el que tu corazón se enfrenta a las típicas voces que tan bien son representadas por los dibujos animados, el ángel y el demonio, cada una de tus partes más potenciadas que llevas dentro, y llega el enfrentamiento.
Cada bombeo de sangre que sale y entra en tu corazón es una nueva secuencia de imágenes en tu cabeza. Está claro que está despertando nuevas sensaciones dentro de tí, y la pregunta es si piensas que será capaz de despertar mucho más. Creo arriesgar mucho quizá pero me atrevo a decir que la respuesta es SÍ.
Sin duda alguna se ha vuelto el dueño de mis tardes, de mis ilusiones y hasta de algunos de mis problemas. No estoy seguro de mí mismo, y eso es extraño que me pase; en el sentido de que yo ya he vivido suficientes experiencias como para saber cómo reaccionar en cada momento.
Él me desvela, pero, ¿cómo se lo digo? ¿Cómo a una persona a la que empiezas a querer cada vez más cerca de ti y que no se va a fijar en tan poca cosa como tú le explicas que no quieres que se separe de ti ni un instante, si tiene propuestas mejor que la tuya?
[...]

Liberación personal.

Liberación personal.
Freedom?